Durante el año 2015 múltiples investigaciones han señalado potenciales riesgos de los dispositivos electrónicos de nicotina. Lo anterior demuestra el grado de controversia que el tema está tomando a nivel mundial. Al respecto, compartimos la carta de los profesores Ann McNeill y Peter Hajek quienes afirman que la estimación que señala que el uso del cigarrillo electrónico es alrededor de un 95% menos riesgoso que fumar cigarrillos tradicionales, se basa en los siguientes hechos: • los componentes del humo del cigarrillo que dañan la salud – incluyendo carcinógenos – están generalmente ausentes en el vapor del cigarrillo electrónico y, en caso de estarlo, son en su mayoría a niveles muy por debajo de un 1% y de los límites de seguridad para la exposición ocupacional • las principales sustancias químicas presentes en los cigarrillos electrónicos no han sido asociadas a un riesgo grave para la salud y, por lo tanto, las nuevas revisiones no aportan antecedentes suficientes que invaliden las conclusiones de la revisión del año 2014.